El Wushu más conocido en el occidente como Kung Fu aporta muchos valores y beneficios al ser humano y estos se pueden enriquecer más si se llevan a cabo desde la infancia.
El sistema psicopedagógico de enseñanza que llevamos a cabo en nuestra escuela fomenta valores tales como el respeto, el autocontrol, la disciplina y la autodisciplina. Esta última es una cualidad importante en la que el individuo aprende a saber dónde está y cómo comportarse correctamente bajo un punto de vista ético y social.
En lo que a la técnica se refiere, enseñamos a nuestros jóvenes estudiantes las estructuras de los programas de Wu Shu moderno y tradicional, programas aprobados por el Instituto Nacional de Wu Shu de Beijing y por la IWUF (international Wu Shu Union Federation). Enseñando a nuestros estudiantes el dominio técnico de su cuerpo tanto con las manos vacías como con el uso de armas, refiriéndonos a las armas elementales del Kung Fu (palo, espada, sable y lanza).
Esta estructura conforma la base del estudiante de cara a su proyección como deportista para futuras competiciones y pruebas deportivas. De esta forma tratamos de establecer una serie de pautas en las que el estudiante tiene como norma principal el entrenamiento y el trabajo diario, el autocuidado personal y el esfuerzo, consiguiendo así apartarse de malos hábitos llevando una vida sana dentro de un vínculo deportivo.